Los entrenadores normalmente ubican a uno de estos dos delanteros en el medio del campo, enfrentado a la portería rival, mientras que el otro desempeña su juego por detrás del primero o por los costados del campo, buscando constantemente dar pases-gol a su compañero dentro del área. En ellas se decía que el imaginario Sacachispas utilizaba una remera con esos colores, los cuales fueron sacados de unas glicinas que crecían en el medio de la cancha donde jugaba.